A todos nos puede pasar en alguna ocasión que justo cuando menos lo esperemos nos llegue un recibo o factura del hogar más elevada de lo habitual. En esas ocasiones todo se nos descuadra, y esa planificación que habíamos realizado a principios de mes y que guiaba nuestro consumo mensual se va al garete en cuestión de segundos. ¿Qué hacemos en una situación así?
Desde luego hay varias formas de abordar el problema, y vamos a ver las principales a continuación:
- Una posible opción es pedir un mini crédito. Es una forma sencilla y rápida de obtener dinero rápido si no tenemos otra vía a la que recurrir y debemos efectuar el pago en los próximos días. Debemos tener claro, eso sí, que es necesario estar en condiciones de devolver el dinero prestado en el plazo acordado, ya que si no se aplicarán penalizaciones que irán incrementando la deuda. Si tienes la seguridad de poder devolverlo puede ser una buena manera de solucionar el problema en pocos minutos.
- Pedir ayuda a tus amigos o familiares. Si puedes pedirle a alguien de la suficiente confianza que te preste la cantidad que necesitas, podrás salir del paso por esta vez. Ten en cuenta que es posible que la situación de pedir esa ayuda económica sea un poco violenta para ambos, así que ante todo comprométete a devolver el dinero lo antes posible y pídelo solo si tienes la absoluta certeza de que lo podrás devolver.
- Otra alternativa es reajustar tus gastos mensuales para este mes en concreto, de modo que priorices el pago de esta factura o imprevisto renunciando a otros gastos. Puede que tengas que anular por esta vez esa cena que habías planificado con tanta ilusión, o que te veas en la obligación de quedarte en casa el fin de semana en lugar de realizar esa escapada que tenías señalada en el calendario. No importa, lo más importante es no acumular deudas, piensa que puedes llevar a cabo todos esos planes en otro momento, cuando tu situación económica sea más desahogada.
- Un posible recurso también podría ser solicitar en tu empresa un adelanto del sueldo. Pueden hacerte un ingreso con un porcentaje de tu nómina y pagarte el resto cuando corresponda. En este caso se trataría del préstamo de una cantidad económica que te corresponde percibir por tu trabajo, por lo que no se te cobrarían intereses de ningún tipo. Puedes comunicarlo a la empresa mediante una carta de solicitud de anticipo.
- Ahorrar. Quizás sea el mejor consejo que te podamos ofrecer en este sentido. Ser capaz de ahorrar todos los meses una cantidad de nuestro sueldo, por pequeña que sea, nos proporcionará una tranquilidad que ningún otro método es capaz de lograr. Todo depende, obviamente, de lo elevado de tu sueldo: hay nóminas que no permiten ahorrar demasiado a final de mes. Pero con disciplina, cualquiera puede ir regando su pequeña maceta del ahorro para que sus frutos vayan creciendo poco a poco. ¿Puedes guardar 20 euros cada mes? Si es así, en 3 meses tendrás 60 euros que quizá te ayuden a pagar ese extra que no esperabas en el recibo de la luz.
Si has tomado buena nota de todo verás que tienes a tu disposición varias soluciones para afrontar cualquier imprevisto económico, unas mejores que otras, pero todas prácticas y efectivas. Ante todo, conserva la calma, estudia bien de qué tipo de gasto se trata, qué plazos tienes para saldarlo y cuáles son las mejores alternativas a tu alcance para hacerlo.