Cómo lavar los platos rápidamente

8 trucos para lavar los platos de forma rápida y eficaz



Eficacia, facilidad y rapidez. Son los tres principios que todos queremos cumplir a la hora de lavar los platos después de comer. Es una tarea que no gusta a todo el mundo, pero que si hacemos bien nos permitirá ahorrar tiempo, agua y jabón, dejando una vajilla impecable. ¿Verdad que sería genial tener a tu disposición algunos trucos para lavar los platos de forma rápida y eficaz? Pues estás de suerte: a continuación te proponemos los mejores trucos de limpieza para que tus platos queden perfectos después de cada lavado.

1. Prepara la vajilla

El orden es fundamental, así que colocaremos las cosas en orden de limpieza: vasos y cacharros bajos, platos, bandejas y cazuelas a un lado del fregadero. Los limpiaremos por este orden, de forma que luego sea más fácil colocarlos en un escurreplatos sin perder tiempo ni tener que hacer malabares. Si no tienes escurreplatos puedes extender una toalla o bayeta absorbente sobre la encimera.

2. ¿Qué herramientas necesitas?

Un estropajo vegetal, o en su defecto de malla de nailon, no abrasivo, es imprescindible para vasos, platos o cazuelas. Para ollas o cazuelas sin tratar quizá necesites un estropajo de acero inoxidable que te permita retirar la suciedad más resistente. Y para secar los platos y cubiertos a mano no hay nada como los trapos de fibras naturales, de algodón o lino, que dejarán los platos perfectos.

3. Prepara el agua

Con los platos ya listos en una mitad, llenamos la otra parte o seno del fregadero con agua caliente hasta la mitad, aunque tampoco demasiado para no dañar las piezas delicadas y evitar quemarnos. Añade unas gotas de detergente para vajillas en el agua y remuévelo todo bien para tener la mezcla perfecta al fregar. Con los platos, las herramientas y el agua con jabón preparados puedes empezar a fregarlo todo.

4. Empieza por los vasos

Ya hemos dicho que lo primero que lavaremos son los vasos. La razón, quedan mejor cuanto más caliente esté el agua, y al evaporarse antes deja menos marcas. A la hora de secarlos colócalos siempre boca abajo, de forma que se elimine el exceso de agua. Después de fregar todos los platos no olvides secarlos con ese paño seco o limpio de algodón o lino.

5. Deja los objetos más sucios para el final

Lógicamente, habrá utensilios o platos más sucios que otros. Deja estos para el final, ya que así no tendrás que estar cambiando el agua cada vez que se ensucie en exceso, ahorrando tiempo y líquido elemento. En casos de suciedad extrema siempre es recomendable retirar antes los restos de comida y de suciedad con agua templada y enjabonarlos con un producto específico.

6. Mantén tu esponja limpia

Tu esponja estará húmeda la mayoría del tiempo, el escenario ideal para que se desarrollen todo tipo de patógenos, incluidas bacterias tan peligrosas como el E.coli o la Salmonella. El hecho de entrar en contacto con residuos de alimentos no hace más que aumentar el riesgo, así que cuidaremos bien la esponja. Para esterilizarla la calentamos unos instantes en el microondas, lo que matará esas bacterias.

7. Seca los platos

Igual que la esponja, si dejamos los platos limpios escurriéndose demasiado tiempo la propia humedad del escurridor o de la toalla sobre la que los tengamos puede favorecer la aparición de patógenos. Así, secaremos los platos y demás utensilios con un trapo seco y limpio antes de guardarlos en el armario o cajón correspondiente.

8. Protege tus manos

No olvides el cuidado de tus manos al limpiar. Asegúrate de que el agua no está demasiado caliente para fregar, quítate los anillos para evitar dañarlos o que entre agua entre el dedo y el anillo, utiliza guantes si es necesario y cuando acabes de fregar sécate bien las manos con un paño para que queden limpias, secas y suaves.

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