Tanto si vas a cambiar el depósito de agua de tu casa o negocio como si vas a instalar uno nuevo, hay una serie de trucos a tener en cuenta para elegir el mejor depósito de agua, el que mejor se ajuste a las necesidades de nuestro hogar. Estos depósitos nos permitirán tener agua caliente sanitaria en todo momento, así que no es una decisión que podamos tomar a la ligera sino que nos sentaremos a analizar los diferentes depósitos de agua disponibles para acertar con una decisión que nos acompañará durante años.
El material del depósito
Lo primero en lo que deberías fijarte es en el material del que está hecho el depósito, ya que es una cuestión muy importante. El acero es una excelente opción, tanto inoxidable como vitrificado. Y le puedes añadir una protección de polietileno, que entre otras cosas aumenta la resistencia a las bacterias y a los rayos ultravioletas. Si lo cuidas bien, te dará un rendimiento increíble, es ligero y tiene el plus de poderse reciclar, por lo que hablamos de tanques amigables con el medio ambiente.
En cambio, descarta los depósitos de asbesto, un material que por suerte es difícil encontrarlo a la venta. Sin embargo, todavía hay muchos sitios en los que podemos encontrar tanques de absesto. El problema de este material es el desgaste, algo que no pasa con los depósitos de agua caliente sanitaria de acero. Cuando el asbesto de desgasta, se disuelve en el agua, liberando partículas de plomo y facilitando la aparición de bacterias que pueden ser muy peligrosas para la salud. Por eso, evitaremos el asbesto a toda costa.
El espacio y las necesidades
Puede parecer de cajón, pero antes de comprar un depósito de agua es imprescindible tener claro dónde lo vamos a colocar, el espacio del que disponemos y la capacidad que necesitamos. Son tres aspectos que están estrechamente relacionados entre sí, ya que el depósito tiene un tamaño, ocupa un espacio y según la capacidad ocupará más o menos espacio. Por eso, decidiremos su sitio antes de comprarlo, y haremos una compra acorde al espacio que tenemos y evitar así que afecte a nuestra decoración. Si no lo haces así, tendrás que adaptar el espacio a posteriori, con el consecuente gasto que implica.
Tenemos depósitos de 80 litros, 100, 120, 150, 200, 300, 750, 1.000, 2.000, 3.000... y lógicamente tendremos que efectuar una compra acorde a nuestras necesidades. Siempre es preferible pasarse un poco que quedarse cortos, ya que si hacemos corto nos quedaremos sin agua caliente, pero no vamos a instalar un depósito industrial en casa. La ayuda del comercial o vendedor es un plus para elegir un depósito de agua caliente sanitaria que se ajuste a nuestras necesidades.
La calidad siempre es más rentable
Calidad o precio siempre es un debate legítimo, pero en este caso deberíamos decantarnos por la calidad frente al precio. Hay otros aspectos en los que podemos ahorrar dinero en casa, pero este no es uno de ellos. Aquí, calidad no significa durabilidad -que también-, sino que el depósito nos ofrecerá un mejor rendimiento, obteniendo el agua siempre en óptimas condiciones. Todos los depósitos nos exigen un mantenimiento periódico mínimo, un pequeño peaje para optimizar su funcionamiento al máximo y sentir que hemos acertado al invertir en el depósito de agua.
Por último, cuando encuentres un depósito de agua caliente sanitaria que te guste, revisa bien sus propiedades y características. Comprueba que cumple con los requisitos que buscas, que se ajusta al espacio, los material de los que está hecho y mira referencias. Si todo está en orden, la búsqueda ha finalizado y ya tienes tu próximo depósito. Eso sí, asegúrate de revisarlo bien, ya que las consecuencias de una mala elección se notarán durante años mientras que una decisión acertada siempre se agradece.