Comprar un lavavajillas no es una decisión que podamos tomar a la ligera. Tendremos que buscar un buen aparato, que nos permita rentabilizar la inversión y que nos dure el máximo tiempo posible. Para ello será imprescindible un buen mantenimiento, pero hay otras cuestiones que debes valorar antes de decidirte por un modelo u otro. El espacio de que dispones en la cocina, cuántas personas vivís en casa -y cuántas coméis a diario allí- o los programas de lavado son cuestiones capitales para acertar.

Espacio y capacidad

Sin lugar a dudas, el espacio del que dispongas es el primer aspecto a valorar. Puedes estudiar distintos modelos de lavavajillas y cuáles encajarían mejor según sus medidas. Por ejemplo, si visitas el catálogo de lavavajillas Bosch comprobarás los distintos tipos de lavavajillas que existen y las opciones que nos ofrecen. Si necesitas instalar un lavavajillas grande pero no tienes espacio quizá deberías plantearte su instalación. Lo tendrás que conectar al desagüe del fregadero, así que debe estar cerca, aunque también hay lavavajillas que se pueden conectar en cualquier punto de la casa, siempre cerca de un grifo.

Respecto a la capacidad, una familia media -padres y dos hijos- o con poco espacio en la cocina puede optar por un lavavajillas de 7 a 11 cubiertos. Si vives solo o con tu pareja, o laváis poco la vajilla porque no coméis en casa normalmente, podéis instalar un lavavajillas de 6 o menos cubiertos, mientras que las familias numerosas, que lo utilizan de forma continuada y tienen sitio en la cocina para un aparato más grande, pueden utilizar un lavavajillas de 12 a 16 cubiertos, con el que sus necesidades quedarán cubiertas.

La eficiencia energética

Puede parecer una cuestión menor, pero su importancia es capital. De hecho, solo la nevera, la lavadora y la tele consumen más energía que un lavavajillas en casa, de ahí la importancia que tiene prestar atención a la eficiencia energética cuando vayamos a comprarlo. La calificación de la eficiencia energética de los lavavajillas se rige por la misma escala que el resto de electrodomésticos: de la A a la G, siendo los de la etiqueta A los más eficientes y aquellos que lucen la G los menos.

A día de hoy en las tiendas solo se venden los lavavajillas de categoría A, pero aún así encontramos hasta cuatro subcategorías: A, A+, A++ y A+++, la más eficiente de todas. ¿Hasta qué punto vale la pena pagar un poco más por un lavavajillas A+++ que, por ejemplo, por un A+? La respuesta depende de cada familia y del uso que le vaya a dar al lavavajillas. Con una búsqueda rápida en la red encontraremos simuladores que nos permiten calcular cuándo amortizaremos el coste de uno u otro lavavajillas según su eficiencia energética.

Ruidos, programas, el interior del lavavajillas

Aunque sean cuestiones secundarias, también hay que prestar atención al ruido, los programas de lavado que ofrece y su interior.

Si hablamos de ruido, la cuestión es simple: cuanto menos, mejor. Los fabricantes indican los decibelios que emiten, que suelen estar entre 45 y 60. No deberías comprar uno con más de 60 decibelios.

En lo referente a los programas, comprueba y compara los programas, en especial los de ahorro -a veces son más largos que el convencional y gastas lo mismo-, lavado en frío o el secado.

En cuanto a la parte interna del aparato, con una primera inspección visual puedes comprobar la flexibilidad de los compartimentos interiores del lavavajillas, si las bandejas están separadas, si hay un espacio para los cubiertos o los utensilios de cocina, etc. Y si te quieres poner técnico, revisa los proyectores de agua -cuantos más tenga mejor limpieza-. Eso sí, asegúrate de que no tiene un solo dispensador en la parte inferior, es algo totalmente obsoleto en los lavavajillas de hoy en día.