La limpieza del baño es una de las tareas del hogar que debemos llevar a cabo prácticamente a diario, por lo que no debería llevarnos demasiado tiempo hacerla. Sin embargo, a la hora de limpiarlo, es muy común cometer algunos fallos en la limpieza de cada estancia. No debería ser así, sobre todo por cuestiones de higiene. Así que conociendo cada uno de los errores de limpieza en el cuarto de baño la próxima vez que vayamos a limpiar esta estancia actuaremos en consecuencia.
4 errores de limpieza en el baño que ponen en peligro tu salud
Si limpiar la casa suele ser, en general, una labor bastante tediosa, esta sensación se multiplica cuando nos ponemos a limpiar el baño, a todos nos pasa. Para que los resultados sean lo más satisfactorios posibles, es importante evitar algunos errores. Descubre cuáles son los 4 errores más frecuentes en la limpieza del baño y eliminarás todo rastro de suciedad.
1. Descuidar la humedad
Uno de los fallos más frecuentes que solemos cometer cuando limpiamos los cuartos de baño es no darle a este espacio la suficiente ventilación después de ducharnos. En este sentido, es importante encender el extractor de aire justo antes de entrar en la ducha para ventilar, evitar la aparición de moho y eliminar la humedad. Si tu baño no cuenta con extractor de aire, será suficiente con abrir un poco la ventana antes de ducharte cada día. No cuidar la humedad supondría no eliminar los malos olores en el baño, lo que impediría su uso. Y además, para evitar que la humedad se acumule en los rincones más recónditos del cuarto de baño, te recomendamos utilizar una escobilla de goma después de la ducha. De esta forma, te asegurarás de que los azulejos estarán libres de la aparición de moho.
2. Emplear un único producto para limpiar el baño
Al contrario de lo que podemos pensar, el hecho de que el baño sea un espacio pequeño no implica que tengamos que usar un sólo producto para limpiar todas las superficies. Y es que, cada área concreta del cuarto de baño precisa de un producto específico para su limpieza. Por ejemplo, la bañera y los azulejos se quedan mucho más limpios con un producto anti-cal en aerosol, y para limpiar los cristales y mamparas es mejor emplear un limpiador de cristales, incluso, un poco de agua con vinagre blanco o amoniaco entre otros. En el caso del inodoro, es recomendable emplear un limpiador potente para eliminar toda la suciedad, como por ejemplo la lejía, el amoniaco o cualquier otro producto de limpieza específico para la limpieza del WC.
3. Colocar de nuevo la escobilla del inodoro en el soporte
Si acabas de limpiar el inodoro utilizando la escobilla, es probable que hayas cometido este errores miles de veces: volver a colocar la escobilla en el soporte inmediatamente después de limpiar el inodoro. Pues bien, a partir de ahora esto no lo deberías volver a hacer, ya que al contener agua y humedad, en el soporte estás creando un caldo de cultivo muy propicio para la proliferación de todo tipo de bacterias. Por ello, la mejor opción es que, una vez que hayas acabado de limpiar el inodoro, coloques la escobilla atravesada en el asiento del mismo para que gotee todo el agua ahí dentro. Cuando esté completamente seca, entonces puedes volver a colocar la escobilla en el soporte.
4. No lavar la cortina de la ducha
En ocasiones, pensamos que limpiar a fondo el baño significa sólo limpiar la bañera, el WC, el lavabo, los espejos y el suelo, y solemos olvidarnos de algo fundamental: lavar la cortina de baño. Esta cortina suele acumular una importante cantidad de residuos, sobre todo en la parte baja, al estar en contacto directo con el agua y el jabón cada vez que nos bañamos, dando lugar a la aparición de manchas de moho. Por ello, debes lavar la cortina del baño en la lavadora cada semana, siempre con agua caliente y en un programa para ropa delicada.