La poda es una práctica de jardinería que tiene efectos muy positivos para las plantas, especialmente para todas las que tienen flores, como es el caso de los rosales. Pero, ¿cómo se deben podar las rosas correctamente? Existe algún truco o técnica que nos puede ayudar? Sigue leyendo y conoce qué puedes hacer para podar las rosas y que tu jardín se vea siempre perfecto.
¿Cómo y cuándo se deben podar las rosas?
La poda es una práctica de jardinería muy necesaria para las rosas y para mantener sanas las plantas que tenemos en casa o en el jardín en general. Los cuidados que necesitan los rosales son muy importantes, pero puede que la poda sea el que más. Al aprender a podar los rosales estamos contribuyendo a rejuvenecerlos, pero también a estimular el crecimiento de la planta y a aumentar su resistencia. Y es que, al practicar la poda, permitimos que el rosal goce de más espacio libre alrededor para recibir la luz solar y también para echar nuevos brotes. Toma buena nota de estos consejos para podar las rosas de tu jardín y completa esta tarea con mayor facilidad y rapidez.
1. Cuándo se deben podar los rosales
La primera duda que debes resolver antes de proceder a la poda, es saber cuándo se deben podar los rosales. La poda del rosal debe siempre realizarse en primavera, y a través de ella, debemos conseguir quitar todos los brotes muertos o enfermos que se han marchitado por las heladas que el invierno ocasiona en nuestro jardín, utilizando siempre las herramientas de jardinería adecuadas. Podrás identificar estos brotes marchitos fácilmente, ya que éstos suelen presentar una textura blanda y una médula marrón en su interior.
2. Cómo se debe podar un rosal correctamente
Para que la poda del rosal sea un proceso exitoso, es necesario practicarla correctamente. La primera indicación a seguir es cortar el brote del rosal siempre por encima de una yema del tallo, y a una distancia aproximada de 5 mm por encima de la yema. Comprobarás que tus rosales tardarán entre cuatro y seis semanas en tener nuevas flores, que saldrán en las yemas que le han quedado a la planta tras la poda. Asimismo, en la poda hay que estar especialmente atentos a los chupones, que se reconocen a simple vista por su color verde y porque contienen una mayor concentración de espinas. Es importante eliminar todos los chupones porque, de lo contrario, corres el riesgo de que tu rosal injertado muera. Y es que, estos chupones de roban a la planta muchos de los nutrientes que ésta necesita para crecer.
3. Podar según el tipo de rosal
Otro consejo a tener en cuenta es que la poda no será la misma para cada variedad de rosal. Por ejemplo, con los rosales Floribunda y el Polyantha, lo mejor es eliminar primero los brotes muertos, y después, podar los brotes restantes siempre conservando unas cuantas yemas (entre cuatro y siete serían suficientes).
- En el caso de los rosales híbridos de té, éstos se suelen podar igual que los floribundas, aunque es preferible que con esta variedad se pode un poco más, dejando tan sólo unas tres yemas.
- En el caso de los rosales arbustivos, sin embargo, éstos no suelen precisar de ninguna poda a lo largo del año. Eso sí, es preciso eliminar los brotes muertos y los brotes más viejos, que se deben podar siempre a ras del suelo.
- Finalmente, en el caso de los rosales trepadores (que suelen tener entre una y dos floraciones por año), lo interesante es eliminar todos los brotes muertos o aquellos que se han helado durante el invierno. Con este tipo de rosal también es importante prestar especial atención para no excederse nunca con la poda.
Ahora ya sabes todo lo que debes hacer para podar tus rosales así que no esperes más para cuidarlos como se merecen.