Una de las mejores y más efectivas formas de perfumar toda la casa es poniendo unos conos, barritas o espirales de incienso. Sin embargo, como el incienso necesita ser quemado para desprender su aroma, puede resultar algo peligroso ponerlo en el hogar si no llevas cuidado. Para que no tengas que correr ese riesgo, en este artículo vamos a comentar cómo usar el incienso de forma correcta en tu hogar para que puedas aprovechar al máximo de su uso.
¿Cómo usar el incienso en casa?
El incienso ha sido empleado desde tiempos ancestrales como un elemento fundamental en rituales religiosos y espirituales. Sin embargo, esta resina tan antigua ha pasado a ser en la actualidad una de las mejores soluciones para perfumar y purificar cualquier estancia del hogar. Por ello, es importante tener en cuenta algunos trucos para aprender a usar el incienso que nos lo pongan todo mucho más fácil. Y es que, el incienso también ha cosechado fama de ser un elemento peligroso si se utiliza a nivel doméstico y son ningún tipo de supervisión. De hecho, un estudio científico de la South China University of Technology de Cantón revela que el humo del incienso en espacios que no gozan de suficiente ventilación puede llegar a afectar a la salud, por eso es importante poner en práctica dichos trucos y evitar problemas innecesarios.
Estancias con ventilación
Por otra parte, los amantes de esta resina aromática reconocen que además de perfumar las estancias de forma natural, el incienso ofrece múltiples beneficios a nivel terapéutico, como equilibrar las emociones, aumentar la paz interior, favorecer la relajación, incluso, atraer la energía positiva. Por ello, antes de prender un cono o varilla de incienso en casa, lo primero que debes comprobar que sea uno de buena calidad y ponerlo en una zona de la casa que esté correctamente ventilada. Al comprar un buen incienso, además de asegurarte que el humo no será dañino para la salud, también podrás disfrutar de un excelente aroma en casa.
El quemador
Una vez que escojas el incienso que deseas quemar en casa, lo ideal es que te hagas también con un quemador adecuado, es decir, con uno que sea capaz de ir absorbiendo el humo a la vez que el incienso se va quemando. Si optas por un incienso de varilla, que se suelen colocar en una especie de bandeja plana (generalmente fabricada en madera) debes estar atento en todo momento, de que la varilla del incienso permanece dentro de la bandeja, y la ceniza cae sobre la misma. Al final con esto harás que tu casa quede súper acogedora y puedas descansar para reponer energías.
Encender la varilla
A la hora de encender la varilla, cono o espiral de incienso, también es recomendable que lo hagas de la forma adecuada, que no es otra que encenderla con un mechero o con una cerilla e, inmediatamente después de que prenda, apagar la llama soplando sobre ella. Cuando hagas esto, el incienso empezará a arder y comenzará a desprender el aroma. Debes evitar poner el quemador de incienso cerca de otros objetos de la casa que pueden ser susceptibles de quemarse o de arder a altas temperaturas. Y sobre todo, mantenerlo siempre alejado del alcance de los niños porque, además de que pueden sufrir quemaduras cuando está encendido, el incienso es también un producto tóxico muy peligroso. Otra cuestión a tener en cuenta si quieres usar el incienso en casa sin correr ningún tipo de riesgo es, que nunca salgas de casa o te vayas a dormir si la varilla de incienso está aun encendida.
Para apagar un cono o varilla de incienso de forma segura, tan sólo hay que hundirla un poco sobre la superficie del quemador, ejerciendo una leve presión. Tras apagarlo, y para estar aun más seguro, es recomendable que vacíes las cenizas almacenadas en el quemador, y que lo hagas, preferiblemente, en cualquier lavabo de la casa. Nunca tires las cenizas a la basura, por si queda alguna chispa encendida. Si sigues todas estas medidas de seguridad, podrás disfrutar de todos los beneficios y aromas que te aporta el incienso y conseguirás, además, sentirte mejor a nivel físico y mental.
